25 de abril de 2011

LA MALFORMACIÓN DE LAS AUDIENCIAS

La actualidad exige al ser humano interactuar con lugares y no lugares que lentamente se van convirtiendo en un universo paralelo a su realidad. La globalización, los avances científicos y tecnológicos, el temor a la exclusión, la necesidad de pertenecer al rebaño, ha convertido al hombre actual en un engranaje más de la máquina del presente: La televisión.

Aunque parezca extraído de una película de extraterrestres que buscan controlar mentes o de la típica película de zombis con extraños virus implantados para hacer sucumbir la humanidad; la leteomasis es una realidad que debemos afrontar. Muchos consideraran que los grandes culpables de este siniestro virus que invade la psiquis de la neo humanidad, son los medios masivos de comunicación. Sin embargo, aunque ellos tienen una gran parte de responsabilidad, se debería traer a consideración la posibilidad de una malformación mental de quien recibe la información.

Tal vez y sin exagerar está ocurriendo la misma malformación de quienes votan cada cuatro años para elegir presidente, esa que les obstruye la capacidad de filtrar información y esto no ocurre sino por la falta de educación por parte del gobierno. Pero como diría Nietzsche con su metáfora de la evolución al niño ¿Quién lo dijo? ¿Quién se beneficia? el gobierno actúa con su pequeña lógica. No solo con los resultados de las votaciones sino con la homogenización de las audiencias que se sientan día a día frente a la cajita de excreciones estupidizantes.

En este país en donde el flujo de la información es controlado por un par de familias y la televisión es el mejor medio para el trafico de emociones y teniendo en cuenta que apestamos a sotanas, a viejitas camanduleras y a velitas para el sagrado corazón de Jesús, la solución solo está en que los pocos medio-locos-consientes emprendan la salvación de almas en las nuevas generaciones.